Ha venido la primavera con su olor a Nicaragua: un olor a tierra recién llovida, y un olor a calor, a flores, a raíces desenterradas, y a hojas mojadas (y he oído el mugido de un ganado lejano…). ¿O es el olor del amor? Pero ese amor no es el tuyo. Y amor a la patria fue el del dictador: el dictador gordo, con su traje de sport y su sombrero tejano, en el lujoso yate por los paisajes de tus sueños: él fue el que amó la tierra y la robó y la poseyó. Y en su tierra amada está ahora el dictador embalsamado mientras que a ti el Amor te ha llevado al destierro.