
Ilustración: Kalhh
Me enamoro del aire,
del viento que agita mis sueños,
de un espacio de cielos abiertos,
de una noche de fuego ardiendo,
de una mujer revolviéndose
como un mar de confusión.
Me enamoro del tiempo
que el tiempo no alcanza,
de trigales sembrados de rosas,
de horizontes que no llego a ver,
de una mujer distante
habitando el vacío.
Me enamoro de un quejido,
de la voz del silencio,
del orgullo del destino,
de la quebrada de la vida,
de una mujer de fuego
que abrasa mis sentimientos.
Me enamoro de la ansiedad,
de un clarear de ojos cerrados,
de una farsa simulando ser verdad,
de una duda inocente,
de una mujer amiga,
amante ajena.
Me enamoro de un instante,
de un instante me apasiono,
de un vano querer,
de un camino intrigante,
de una mujer que sufre,
que lamenta por otro ser.
Me enamoro de la espera,
de una senda sin retorno,
de un susurro al corazón,
de una puerta entreabierta,
de una mujer oculta
que no acierto a descubrir.
Me enamoro de una sombra,
de un sollozo escondido,
de un perfil impenetrable,
de un encuentro perdido,
de una mujer jugando a ser tuya,
para acabar siendo nada.